El triaje es un proceso esencial en los servicios de urgencias, destinado a la clasificación de pacientes según la gravedad de su condición y la urgencia de atención requerida. Este sistema permite optimizar los recursos disponibles y garantizar que aquellos con necesidades más críticas reciban atención médica de manera prioritaria.

El término «triaje» proviene del francés «triage», que significa selección o clasificación. En el contexto médico, se refiere a la evaluación clínica urgente de los pacientes para determinar la prioridad médica en su atención. El objetivo principal es evitar retrasos en la atención de casos graves, mejorando así las posibilidades de supervivencia del mayor número posible de personas y la eficiencia del sistema de salud.

Existen diversos protocolos de triaje que clasifican a los pacientes en diferentes niveles según la urgencia de su situación. Un ejemplo es el Sistema Español de Triaje (SET), que utiliza cinco niveles de prioridad, desde emergencias que requieren atención inmediata hasta casos no urgentes. Estos sistemas de triaje estructurado son fundamentales para estandarizar la evaluación y garantizar una respuesta adecuada en distintos entornos clínicos.

En escenarios de demanda masiva o atención de múltiples víctimas, como desastres naturales o accidentes con numerosos heridos, el triaje se convierte en una herramienta crítica. Permite identificar rápidamente a quienes necesitan intervención inmediata y asignar los recursos de manera eficiente. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, el triaje fue vital para manejar el flujo de pacientes y priorizar la atención en medio de recursos limitados.

El triaje no se limita al entorno hospitalario, también es crucial en la atención prehospitalaria. Los equipos de emergencia, como paramédicos y personal de ambulancias, realizan una evaluación inicial en el lugar del incidente para determinar la prioridad médica y el tipo de atención requerida. Esta evaluación temprana es esencial para mejorar los tiempos de respuesta y garantizar que los pacientes lleguen al centro médico más adecuado para su condición.

A pesar de su importancia, la implementación efectiva del triaje enfrenta desafíos. La formación y experiencia del personal son determinantes para realizar evaluaciones precisas. Además, en situaciones de alta demanda, como las observadas en algunos servicios de urgencias, es fundamental contar con protocolos claros y recursos suficientes para evitar el colapso del sistema. Por ejemplo, en el Hospital Santa Lucía de Cartagena, se han implementado medidas para reducir los tiempos de espera y mejorar la gestión de pacientes en urgencias.

El triaje es una herramienta indispensable en la gestión de emergencias y urgencias, asegurando que los pacientes reciban atención acorde a la gravedad de su estado y optimizando el uso de los recursos sanitarios. Una aplicación adecuada del triaje mejora la eficiencia del sistema de salud y, lo más importante, salva vidas.